Páginas

lunes, 21 de diciembre de 2009

Estado de catársis permanente

Desde chica fui una persona que no se podía callar nada de lo que le molestaba o de alguna forma afectaba de manera un tanto negativa. De chica (y de grande) le contestaba mucho a mi mamá, a los profesores, a mis compañeritos (divinos ellos) y a veces a mi papá también (aunque con él no tenía muchos desacuerdos…paradójicamente). Y a cualquiera que me dijera o hiciera algo que me molestara. Era una necesidad decir lo que pensaba; lo injusto que me parecía tal o cual cosa.
Pasó el tiempo, no soy más chica (aunque no me siento para nada al nivel de madurez que debería tener a mi edad) y últimamente me di cuenta de que ese aspecto en mi, se acentuó terriblemente. Estoy como en un estado de necesidad de catarsis permanente. Padezco una incontinencia verbal nunca antes vista en mí, cuando algo me afecta y es como que siento que se me convierte en cáncer si me lo guardo, si no lo digo. No puedo callarme nada. Quizás lo pueda contener por un tiempo pero eventualmente siempre termino diciéndolo. Es algo que no puedo evitar.
El tema con esto es que filtro cada vez menos y cada vez me pongo más hiriente, más asquerosa, cínica, sarcástica y por supuesto, lo que digo, muchas veces termina trayéndome problemas al punto de que me termino arrepintiendo de haberlas dicho; pienso “soy una boluda, me debería haber callado…”.
Me doy cuenta de que también últimamente las cosas que digo las digo con bronca. No sé exactamente bronca a qué, pero puedo darme una vaga idea de por dónde viene la mano…
Definitivamente ya no soy la chica que quería estúpidamente agradarle a todo el mundo, la chica que quería caerle bien hasta a las personas a las que les caía mal sin razón alguna. Pero tampoco quiero zarparme en conchuda...

2 comentarios:

Kere Helen! dijo...

Lo creas o no, creo que muchas personas pasamos por lo mismo.. Y lo único que puedo decirte.. es que.. SOS UNA CONCHUDA!
jajajaj

No, mentira..
Fuera de joda, creo que es muy sano sacar la mierda de adentro, pero a veces no nos damos cuenta que nos enviciamos y nos olvidamos de lo que hay del otro lado...

Nat dijo...

jajajaja! Helena me hacés reir!!! Como te amo!!